En los casos de divorcio, uno de los aspectos más delicados es determinar qué ocurrirá con la vivienda familiar, especialmente si hay hijos menores de edad. La resolución de este asunto no solo afecta la estabilidad económica de los progenitores, sino también el bienestar emocional y el entorno habitual de los hijos. Por ello, es fundamental conocer los aspectos legales que regulan la atribución del uso de la vivienda familiar y cómo varían según las circunstancias específicas de cada familia. Si te interesa profundizar en cómo gestionar una propiedad durante un proceso de divorcio, te recomendamos revisar algunos conceptos básicos en la compraventa de inmuebles.
¿Qué se entiende por vivienda familiar?
La vivienda familiar es aquella que ha servido como domicilio habitual de la familia durante el matrimonio o la convivencia en pareja. Este concepto incluye no solo la propiedad en sí, sino también los bienes de uso ordinario que se encuentran en ella. Su carácter esencial radica en que ha sido el espacio donde la unidad familiar ha desarrollado su vida cotidiana y sus relaciones personales.
Es importante destacar que la consideración de «vivienda familiar» no depende de quién sea el propietario del inmueble. Incluso si la vivienda pertenece exclusivamente a uno de los cónyuges o a una tercera persona, puede ser calificada como vivienda familiar a efectos legales. En estos casos, conocer cómo proteger los derechos de cada parte es clave, y contar con el apoyo de abogados de familia es fundamental para garantizar un proceso justo.
Atribución del uso de la vivienda en un divorcio con hijos
El interés superior del menor como principio clave
En un divorcio con hijos, la prioridad absoluta es garantizar el interés superior del menor, principio recogido en el artículo 96 del Código Civil. Este interés busca preservar la estabilidad emocional y física de los hijos, evitando, en la medida de lo posible, cambios drásticos en su entorno habitual. Por este motivo, la atribución del uso de la vivienda familiar suele recaer en el progenitor que ostente la guarda y custodia de los hijos menores de edad, junto con estos últimos.
El objetivo es que los hijos puedan continuar residiendo en su hogar habitual hasta alcanzar la mayoría de edad o la independencia económica, salvo que existan circunstancias excepcionales que justifiquen otra solución. Esto está en línea con la jurisprudencia que señala que el menor debe ser escuchado en los procesos de familia.
Custodia monoparental
Cuando se otorga la custodia monoparental a uno de los progenitores, el uso de la vivienda familiar se asigna, en defecto de acuerdo, al progenitor custodio y a los hijos menores que queden bajo su cuidado. Este derecho se mantiene hasta que los hijos alcancen la mayoría de edad, e incluso puede extenderse si alguno de ellos presenta una discapacidad que requiera medidas especiales de protección.
Un aspecto relevante es que esta atribución se aplica independientemente de quién sea el propietario de la vivienda. Es decir, aunque el inmueble pertenezca al progenitor no custodio o incluso a una tercera persona, el juez puede otorgar su uso al progenitor custodio y a los hijos menores. Para más detalles sobre la gestión de propiedades en estas situaciones, puedes consultar nuestra guía sobre negociar el precio de una vivienda.
Custodia compartida
En los casos de custodia compartida, la situación es más compleja, ya que los hijos alternan su residencia entre ambos progenitores. En este escenario, el juez puede optar por varias soluciones, dependiendo de las circunstancias económicas y sociales de la familia:
- Uso alterno de la vivienda: Los progenitores se turnan para residir en la vivienda familiar durante los periodos en que ejercen la custodia de los hijos. Es una solución poco frecuente debido a la logística y los conflictos que puede generar.
- Atribución a uno de los progenitores: Si uno de los progenitores está en una situación económica más vulnerable, el juez puede decidir asignarle el uso exclusivo de la vivienda.
- Venta de la vivienda: En algunos casos, los progenitores acuerdan vender la vivienda y utilizar el dinero para adquirir dos residencias separadas. Si estás en esta situación, te puede interesar saber cómo vender una casa rápido.

¿Qué ocurre cuando no hay hijos menores?
Si no hay hijos menores o si estos ya han alcanzado la mayoría de edad, la atribución del uso de la vivienda familiar se rige por el principio de necesidad. El juez puede otorgar el uso de la vivienda al cónyuge más necesitado de protección, aunque este no sea el propietario del inmueble. Sin embargo, este derecho suele ser temporal y está sujeto a revisión en función de las circunstancias económicas y familiares.
Por ejemplo, si los hijos mayores de edad carecen de independencia económica y aún residen en la vivienda familiar, el cónyuge que conviva con ellos podría mantener el uso de la vivienda hasta que los hijos alcancen la independencia. En este contexto, puede ser útil conocer los errores comunes al firmar un contrato de arras en caso de que decidan vender o cambiar de vivienda.
Propiedad vs uso de la vivienda familiar
Un aspecto que a menudo genera confusión es la diferencia entre la propiedad y el uso de la vivienda familiar. La atribución del uso no altera la titularidad del inmueble. Es decir, aunque el juez decida que uno de los cónyuges y los hijos menores sigan residiendo en la vivienda, la propiedad continuará siendo de quien figure como titular.
Esto implica que el cónyuge propietario no podrá vender o hipotecar la vivienda sin el consentimiento del otro cónyuge o sin autorización judicial, mientras dure el derecho de uso. Además, esta restricción debe inscribirse en el Registro de la Propiedad para proteger los derechos de terceros. Para obtener información adicional sobre el mercado inmobiliario, consulta nuestros consejos para comprar una vivienda.
¿Qué pasa si la vivienda es propiedad de una tercera persona?
En algunos casos, la vivienda familiar pertenece a una tercera persona, como los padres de uno de los cónyuges. En estos supuestos, el derecho de uso atribuido por el juez puede ser limitado, ya que prevalecen los derechos del propietario. Sin embargo, mientras existan hijos menores de edad, el juez puede mantener el uso de la vivienda en favor de estos y del progenitor custodio, siempre que no se vulnere de manera injustificada el derecho del titular.
¿Cuándo se extingue el derecho de uso de la vivienda familiar?
El derecho de uso de la vivienda familiar no es indefinido. En los casos de divorcio con hijos menores, este derecho suele extinguirse cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad o logran la independencia económica. No obstante, si alguno de los hijos presenta una discapacidad que requiera medidas especiales, el juez puede prorrogar este derecho por el tiempo que considere necesario.
En el caso de que el progenitor que tiene atribuido el uso de la vivienda inicie una nueva convivencia de carácter estable con otra pareja, el Tribunal Supremo ha establecido que esto puede considerarse la creación de un nuevo núcleo familiar, lo que puede dar lugar a la extinción del derecho de uso.
La importancia de contar con un abogado especializado en derecho de familia
Debido a la complejidad y las implicaciones emocionales y económicas de un divorcio con hijos, es esencial contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de familia. Un profesional con experiencia en este ámbito puede ayudarte a proteger tus derechos y a alcanzar acuerdos que beneficien tanto a los progenitores como, sobre todo, a los hijos. Si necesitas ayuda legal en este ámbito, no dudes en contactar con nuestros abogados de familia en Ferrol, quienes te orientarán en cada paso del proceso.
Preguntas frecuentes
¿Qué ocurre si ambos progenitores tienen dificultades económicas para mantener la vivienda familiar?
En situaciones donde ambos progenitores enfrentan dificultades económicas para mantener la vivienda familiar, el juez puede evaluar otras soluciones, como la venta del inmueble para repartir el dinero entre las partes o buscar alternativas de alojamiento que sean más sostenibles. También es posible que se considere una ayuda económica entre los cónyuges para garantizar el bienestar de los hijos.
¿Es posible modificar la atribución del uso de la vivienda familiar después de la sentencia de divorcio?
Sí, la atribución del uso de la vivienda familiar puede ser modificada si cambian las circunstancias que motivaron la decisión inicial. Por ejemplo, si los hijos alcanzan la mayoría de edad o independencia económica, o si el progenitor custodio inicia una nueva convivencia estable, se puede solicitar una revisión de las medidas acordadas ante el juez.
¿Qué sucede si el progenitor custodio no puede seguir viviendo en la vivienda familiar por razones de fuerza mayor?
Si el progenitor custodio no puede permanecer en la vivienda familiar por razones de fuerza mayor, como problemas de salud, riesgos estructurales del inmueble o un cambio necesario de residencia, el juez puede valorar alternativas como alquilar otra vivienda para los hijos y el progenitor custodio, asegurando siempre el interés superior de los menores.
¿Qué pasa si los hijos menores desean vivir con el progenitor no custodio tras el divorcio?
Si los hijos menores manifiestan el deseo de vivir con el progenitor no custodio, el juez puede considerar su opinión, especialmente si son mayores de 12 años y tienen suficiente madurez. En este caso, podría revisarse el régimen de custodia y, en consecuencia, la atribución del uso de la vivienda familiar, siempre que se garantice el interés superior del menor.







